Originario de la majestuosa Amazonía, el cacao peruano hace honor a su grandioso lugar de origen.
Cada grano de este producto de bandera del Perú cautiva al mundo con su explosión de aromas y su sabor inconfundible, que lo han posicionado como uno de los mejores del mundo.
Y aunque el planeta lo conoce hace algunos siglos, la relación entre los pueblos sudamericanos y el cacao es realmente milenaria: fue descubierto hace 3 000 años por primeras civilizaciones de esta parte del continente.
El 60% del territorio peruano es bosque tropical.
Esto lo convierte en un escenario ideal para la producción del cacao, es por ello que ocho especies, entre cultivadas y silvestres, se producen en este territorio.
Entre ellas destaca el Theobroma cacao L (o cacao común) el cual es cultivado en la costa norte y en la Amazonía del Perú.
Para producir el chocolate, los granos son extraídos de la mazorca madura y se dejan fermentar por seis días en cajones especiales, con el fin de descomponer la pulpa dulce y darle el sabor adecuado.
Luego, los granos se extienden al sol y se ponen a secar en parihuelas o tendales, removiéndolos para que el secado sea uniforme.
Una vez secos, los granos se tuestan y muelen para obtener la pasta de cacao, que después, bajo diversas fórmulas, es transformada en chocolate.
Cuando el proceso de cosecha, fermentación y secado se realiza de manera adecuada se obtiene un cacao de una calidad superior demanda sobre todo por chocolateros artesanales.
Es así como como el cacao peruano, caracterizado por su excepcional sabor y aroma además de su excelente calidad, se ha convertido en el insumo predilecto de las mejores fábricas de chocolate convirtiendo al Perú en uno de los mayores exportadores de cacao orgánico en el mundo.
El cacao es un alimento rico en minerales, vitaminas y fibra, que ofrece numerosos beneficios. Además de su incomparable sabor, tiene propiedades nutricionales y terapéuticas, aprovechadas para la elaboración de diversos productos.
Otros beneficios del cacao: